Vicente Puchol
Vicente Puchol

 

 

Germánico

 

SINOPSIS DE LA NOVELA  “GERMÁNICO”

 

Un empresario, al borde de la quiebra, recibe la visita de una conocida de su hija que le propone robar una fortuna sin ningún riesgo. Es la “señorita de compañía” del hijo de un magnate, que es un misántropo maniático. Al magnate, le gusta hacer negocios sucios en su casa, palpar los billetes, las joyas, la droga, porque las múltiples ganancias de sus empresas no le producen ningún “placer sensible”: son cifras de balances. Suele hacerlos por la noche, y como la chica tiene las llaves de la mansión, pues se ha ganado la confianza de padre e hijo, la ocasión se presenta una noche, muy propicia. El empresario, Germánico, accede a regañadientes. Efectuado el robo, la pareja se reparte el botín y, tras y un breve idilio, se separa. Y Germánico se queda con un maletín lleno de billetes que ha de convertir en dinero blanco ante la estupefacción de los que conocen su situación. Las penosas incidencias de Germánico, en medio, ahora, de una soledad hostigante, constituyen la materia de la narración. Germánico sufre con el pensamiento de ser un gánster, y con las celadas que le tiende continuamente su “renacimiento” económico. Y se desgarra entre su repentina afloración de capital, y la imposibilidad de escapar de su realidad.

 

A estas reflexiones mías, añadiré las del crítico español de narrativa, Santos Sanz Villanueva, publicadas en el Diario 16 en 1989, con motivo de la publicación de mi novela, “Germánico”.  (Solamente recojo un fragmento del final):

“…es la estampa de una generalizada degradación de valores. A la inmoralidad de los negocios se agrega la inautenticidad de las personas, y sobre dicha estampa se proyecta la luz, la voz del escritor. Puchol, de esta manera, se inscribe en la categoría de autores que practican una actividad moralizadora que, después de descubrir y describir unos usos abyectos, los condenan sin paliativos. El de Puchol es un moralismo estricto, pero su relato evita la lección explícita, y su continente no es severo. Al contrario, la burla, el humor y el despropósito forman parte habitual  de esta dura crónica de turbios negocios y de perversas costumbres.”

 

Nota del autor: versión definitiva de la primera redacción de la novela que se editó con el título “Germánico”.